Historias verdaderas
Eran casi las cuatro de la tarde cuando entré a un MacDonald en la ciudad de Bloomfield, Nueva Jersey; compré un café pequeño y me senté.
Recuerdo que había probado el café bajo en azúcar cuando un hombre se sentó frente a mi. Tenía buen aspecto y buenos modales. Parecía educado. Me pidió varias monedas para un café. Toqué mi bolsillo del lado derecho del abrigo en el frío jueves del siete de marzo del 2019. Saqué varias monedas y se las di. El hombre dio las gracias y se retiró. Hacia dentro de mi, pensé: soy hombre afortunado!